Ansiedad y depresión son dos
trastornos emocionales complejos, que implican también problemas en
pensamientos y conductas. Aunque son distintos, presentan ciertas similitudes
que pueden ocasionar confusión al intentar distinguirlos.
Lo que comemos tiene efectos
directos sobre cómo nos sentimos física y emocionalmente. Una parte de la
ansiedad que experimentamos puede ser debida al consumo de distintos estimulantes
y a deficiencias en vitaminas o minerales concretos.
Hay algunos nutrientes
específicos de LEBASI que pueden ayudar a nuestro organismo a manejarse mejor
en situaciones de ansiedad.
Calcio: Es necesario para
mantener un balance electrolítico, para la contracción muscular, transmisión
nerviosa, regulación de la división celular, secreción hormonal y formación de
hueso y dientes. El calcio podría ayudar a bajar la presión sanguínea. Un
déficit puede provocar: agitación, depresión, palpitaciones, insomnio,
irritabilidad.
Magnesio: Ayuda con la
relajación muscular, el mantenimiento del músculo cardíaco, la transmisión
neuromuscular y el ensanchamiento de los vasos sanguíneos. Un déficit de
magnesio puede provocar: agitación, ansiedad, confusión, manos y pies fríos,
depresión, insomnio, inquietud.
Familia de la vitamina B: Son
importantes para el funcionamiento normal del sistema nervioso y son de ayuda
tanto para poder relajarse como para conseguir la energía necesaria
diariamente. Un déficit de vitamina B puede provocar: fatiga, irritabilidad,
nerviosismo, depresión, insomnio, pérdida de apetito.